El primer día de la primavera me desperté tan feliz que directamente me fui al hospital.
El médico al acoplar la superficie del fonendoscopio sobre la piel de mi espalda se sobresaltó. Repitió la operación y se quedó unos minuto sin moverlo ni un milímetro de ese punto. poco a poco fui oyendo como tarareaba una melodía.
¿Sucede algo doctor?
Es su corazón
Que le sucede pregunté con cierta alarma.
Nada en absoluto por lo que tenga que preocuparse, solo…
¿Solo qué?
Que bombea feliz, con ritmo musical, está latiendo al compás de la primavera.
Nos quedamos un rato parados, él tarareando la melodía con el fonendo sobre mi corazón y yo moviendo la cabeza imperceptiblemente con ritmo de percusión con los ojos cerrados dejándome llevar por la brisa de un mar rompiendo en oleadas de felicidad en la costa de mi imaginación.
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1 comentario:
Es bueno saber de corazones felices. El mío también palpita con este solecito que se hizo mucho del rogar.
Un abrazo!
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