3 ago 2010

La Brecha de Rolando


Quizás hablo de 1973 cuando me trajeron a estos valles, a los pueblos que envuelven el Parque Nacional de Ordesa. Echando cuentas me sale que por entonces yo tendría 12 años. Con mis padres visitamos Pineta, Añisclo. Vio, Ordesa. Pasé vacaciones en Fiscal, Escalona, Boltaña; en pensiones y mas tarde, cuando otra opción llegó a estos parajes, de camping.
Recuerdo que ya entonces miraba hacia arriba tratando de imaginar como seria ver el mundo desde lo mas alto, mirando al frente y hacia abajo. Fueron pasando los años y poco a poco me encaramé a ese mundo mágico y desde cada atalaya divisaba otra que me llevaría un poco mas alto y un poco mas lejos. Pero no siempre la altura fue el objetivo, también los bosques, los barrancos, los senderos de la sorpresa a cada curva. El objetivo fue cambiando con el tiempo, las sensaciones también. Ayer fue el descubrimiento de lo nuevo, la épica de la superación, de la búsqueda de un poco mas, de poner el límite un escalón o un paso mas allá. Hoy es la consecución de sueños, de sentir mi propio organismo trabajando en ese punto en que el esfuerzo se hace patente y se aprende a superar el sufrimiento y la fatiga con la mente. Y la búsqueda de la soledad, de ese lugar en que llego a saberme solo, ínfimo, frágil pero capaz y con recursos.
Hoy he cumplido un sueño, traspasar la Brecha de Rolando y mirar el mudo visible a un lado y otro de esa puerta colosal. Este sueño es para mi padre que desde estos valles en mi se han hecho suyos.



1 comentario:

H dijo...

Qué maravilla... muchas felicidades!

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