DESDE LAS ALTURAS, EN SILENCIO, EN SOLEDAD,...

Desde las alturas todo tiene otra perspectiva, desde el silencio, desde la soledad, desde la ausencia, cuando uno es consciente de si mismo y la vanidad se desvanece todo dejar de ser lo que pensamiento ha creado, pierde su nombre y es lo que es.

Aprendemos a nombrar todo lo que vemos y sentimos, darle un valor , importancia, utilidad. Da lo mismo que sea animal, vegetal o cosa.

Despojamos de su esencia al objeto que conocemos y lo vestimos a conveniencia. Amor, amistad, odio, simpatía, repulsa,... 

​Atesoramos posesiones para hacernos mejores, anhelamos otras vidas diferentes a las nuestras, eso pensamos, que siendo otros todo sería mejor.

Piensalo ¿no es absurdo querer ser otro cuando solo puede ser tu?

Queremos mas, hacer mas cosas, tener mas experiencias, conquistar otros mundos. Tanto abarcamos que en todo fallamos, aquella relación que prometía ser plena, desilusiona. Aquel objeto codiciado, pasado el tiempo pierde su encanto.

Quisiera un dia vaciar mi casa y comenzar de cero. Tener los platos y cubiertos que puedo necesitar, los libros que algo dicen, la música que me hace sentir que hay notas que mejoran el silencio.

Con la gente poco poco a poco va pasando lo mismo, mucha gente ha desaparecido, van quedando los que tiene algo que decir, los piensan que algo puedo aportar, ellos están porque quieren.

Tiendo a simplificar recorriendo el camino inverso, equivocándome y escuchando para aprender, diciendo lo siento cuando lo siento.

Nada es inmediato y el tiempo que tengo va en ese sentido. 

Sobre esto pensaba sobre la bici esta tarde en la parte sosegada del sendero recorrido en la montaña, A mis pies Barcelona se extendía como la floración de un organismo sobre una placa de petri, un hormiguero de anónimos seres iguales a mi, confusos y acelerados, perdidos entre ellos, buscando sin saber y con los ojos cerrados. 

De nuevo pedaleo y bajo de las alturas, en silencio, en soledad, un poco mas ausente de conflictos, mas humilde, mas sencillo.