El bien y el mal, lo correcto y lo que no. Acciones propias o ajenas que se enjuician según una escala de valores particular, según un pensamiento, una religión, unas normas y una percepción adaptada a la situación temporal en la cual se produce.
El mismo hecho puede ser sentido con diferente grado de aceptación o rechazo en función de la situación anímica en la que se produzca. Puede generar un caos, una crisis o pasar de largo sin dejar apenas rastros.
Un mismo suceso activará reacciones diferentes en cada persona.
Cuando pienso en mi y me pregunto quien soy, que clase de persona, lo estoy haciendo desde la mente, desde la suma de mi ego y de mi carga de dolor.
Me pienso atribuyendo y desechando aquellos aspectos que me agradan o me incomodan para hacer de mi la persona ideal, para sentirme bien conmigo mismo, y mostrar lo mejor de mi hacia fuera.
Bajo esa idea de la persona por que me tengo está la base sobre la que se sustenta mi pensamiento, el cuerpo del dolor y la parte de mi existencia que alimente al ego.
Conocer estos procesos son vías de accesos a un cambio profundo para ser consciente de que soy y ser presente.
Son en esos momentos en que me doy cuenta de acciones, decisiones, sensaciones,... cuando puedo ser el objeto y observarme distante desde la consciencia. Supongo que es en esa observación cuando se pueden debilitar esos pensamientos que me desconectan con mi ser, y dejar fluir la esencia, vivir, sentir lo que es vivir plenamente solo por que sucede.
Vivir no se busca, no se hace, vivir es algo que sucede.
¿te das cuenta, lo sientes?
Si es así no enjuicies la forma y el motivo.
Solo siente
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