Queremos mascotas, animales domésticos que se comporten con educación, que no molesten, que sean limpios, que obedezcan, queremos eso de los animales.
Y cuando un animal reacciona de forma instintiva mostrando su naturaleza, da una coz, muerde, araña, ladra desaforadamente, intimida, si hace falta lo matamos, lo abandonamos, lo golpeamos, maltratamos, imponemos nuestro poder.
Somos una especie dañina. Erik Fromm dijo que cuando no somos capaces de canalizar nuestra capacidad de amar, esta se transforma irremisiblemente en ira y violencia.
No solo hacemos esto con los animales, lo hacemos con el prójimo. Esta ola de ataques terroristas es el resultado de gotas colmando vasos de seres dominados por una ira reprimida. ISIS es su escaparate, su momento de gloria, una razón para soltar todo esa ira acumulada en el transcurso de una vida desequilibrada.
Y si esto no es así, se le parece mucho.
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